La segunda guerra mundial fue el conflicto más prolongado y costoso de la historia. De escala auténticamente global, no hubo lugar que no resultase afectado. Cuando finalizó, la geografía política se había transformado dando lugar a la aparición del actual sistema de estados.
Nadie estaba seguro del resultado al comienzo de la guerra ni podía anticipar el grado de destrucción y violencia que dejaría a su paso. Fue el resultado de la acción de diferentes zonas en conflicto, así como de diferentes frentes que confluyeron para producir el desastre:
- El conflicto europeo originado por los esfuerzos alemanes para librarse de las restricciones impuestas tras su derrota en la Primera Guerra Mundial.
- Los conflictos generados generados por la expansionista y ambiciosa Italia fascista.
- La guerra en Asia librada en el este por el imperio japonés.
Las principales potencias se vieron implicadas cuando la guerra se extendió. Con frecuencia, se considera que la entrada de Estados Unidos, en diciembre de 1941, aseguró la victoria de las potencias occidentales gracias a su potencial económico, pero el resultado de la guerra no estaba predeterminado. Alemania y sus aliados disponíana de grandes recursos. Las fuerzas alemanas y japonesas fueron muy hábiles en el combate, por lo que para ganar la guerra los aliados necesitaron mejorar su capacidad bélica, coordinar sus actividades y mantener a su población.
La idea de que las potencias del Eje, y Alemania en particular, perdieron la guerra debido a su ineptitud oculta el hecho de que los aliados tuvieron que aprender a combatir de manera más efectiva y a explorar plenamente sus recursos científicos, técnicos y de espionaje.
Los sacrificios que hicieron permiten valorar la trascendencia que concedieron a la guerra, no solo para lograr su propia supervivencia sino para imponer un determinado orden mundial
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